Las calles lloraban una
espesa lluvia.
Se había muerto el mundo.
Lamento tanto alejarme
empezar a olvidar tu rostro
y que la memoria sea el
único espacio común,
que pienso otra vez en
la cuchilla, el atracón
a pastillas o el salto mortal.
Desolado,
mi alma dividida
entre la luz y ninguna
parte, perdida
por la fatiga y el asfalto
entre las calles de
gentes sin nombre
y tu ausencia.
He llorado un abismo
mis ojos no te encontrarán
por las esquinas. Mi corazón
oscuro. Mi sangre muerta
late. Es nuestro último
día.
espesa lluvia.
Se había muerto el mundo.
Lamento tanto alejarme
empezar a olvidar tu rostro
y que la memoria sea el
único espacio común,
que pienso otra vez en
la cuchilla, el atracón
a pastillas o el salto mortal.
Desolado,
mi alma dividida
entre la luz y ninguna
parte, perdida
por la fatiga y el asfalto
entre las calles de
gentes sin nombre
y tu ausencia.
He llorado un abismo
mis ojos no te encontrarán
por las esquinas. Mi corazón
oscuro. Mi sangre muerta
late. Es nuestro último
día.