Translate

Y EL QUE ESTÉ FIRME QUE MIRE QUE NO CAIGA


Dónde andabas cuando caíste
y te refugiaste entre la maleza
como un animal acorralado.
A dónde conducían esos caminos.
A dónde, repito, a dónde.
Esos caminos que te alejaron de la luz
y te hicieron prisionero en la celda del horror y la locura
esos caminos que hicieron anidar el odio en tu corazón
esos caminos que tantos otros ya habían pisado.
Escrito está:
"a mitad del camino de la vida".
Todos conocemos esa historia
andaba perdido y me encontré
andaba perdido y te encontré
me refugié en el seno del amor
vi luz al final del túnel.
O mis pies y el polvo al borde de un volcán
un paso más y todo se habría vuelto ceniza
y luego renacer como el ave fénix
hacia el cielo, hacia el cielo.
Hacia dónde esos caminos,
hacia dónde esos senderos tortuosos.
Te regocijabas en tu pena y en tu dolor.
Sólo tenías el placer de destruir a un hombre.
Un hombre, que desnudo, eras tu mismo,
un hombre que frente al espejo
era de carne sin espíritu
y frente a la gente era de madera, de metal
de la madera con que se talla a los santos,
del metal con que se forjan las corazas.
Esos caminos conducían al infierno.
Y ahora que vives en el espíritu
que intentas vivir en el espíritu
ves a los hombres tropezarse
en los mismos caminos
y piensas hasta cuándo
y piensas cuántos más
y así el mundo gira
y el Sol se pone todos los días
sobre todos los seres de Dios
y pocos son los que no abandonan nunca el camino recto
"y el que esté firme que mire que no caiga".

De la historia más grande jamás contada por ahora (Parte I)


Es una historia de luces y sombras. Empieza con un padre autoritario que crea a un hombre en un paraíso falso, con serpientes y prohibiciones. Le siguen muchas historias alegóricas que han sido interpretadas a lo loco, a lo Quijote, a lo Hitler: Diluvios universales, maná que llueve del cielo...
La segunda parte, habla de un superhombre divino que a la edad de 30 años comienza a predicar y a tener seguidores para más tarde ser crucificado por caprichoso. Tras su captura, persiguen a sus seguidores que empiezan a hablar de él y a escribir ríos de tinta y sangre en lo que luego se convertiría en un best seller internacional. Lo matan en una cruz. Por mi, por ti y por todos. Al tercer día resucita y levita hasta perderse solo Dios sabe donde. Y así, cambia para siempre la historia de la humanidad. Luego vienen otros hombres y crean una asociación sin animo de lucro basada en esos cuentos. Más tarde se convierte en Sociedad Anónima o Limitada. En esto dudo, como en muchas cosas más. Hay hombres que no dudan. Hay hombres que elevan su palabra a la categoría de verdad absoluta, y no dudan. No dudan porque tienen claro que ese libro es la palabra de Dios dictada letra a letra a los hombres. No dudan de la Biblia. En cambio, dudan de los hombres que no son como ellos. Dudan de otras religiones. Se vanaglorian de ir al cielo, como si los demás simplemente fuéramos a perecer. Dudan de casi todo lo que no pone en su libro grande. Su Dios, sin ellos saberlo, es ese libro.
Otros hombres adoptan otros libros, con otros cuentos, de la misma manera.  Aquí nadie se pone de acuerdo. Porque su libro es el bueno y no el otro. Son hombres que miran de reojo a otros hombres. Son hombres que juzgan. Personas que se erigen dueñas y señoras de la verdad. No relativizan. Sólo lo que les conviene. En el fondo son hombres que creen en dioses de papel. No creen en el hombre. No creen que todos somos divinos.