A Mª Rosa,
Miraba su rostro
y la vida me gritaba
-vive, corre, canta
nada es para siempre.
Habían fuegos fatuos
por el aire mágico,
en esa noche de Enero
que aún vivamente
recuerdo. No murió.
sencillamente se fue;
rodeada de enfermeras
y médicos absurdos.
Hoy he sentido
su suave presencia
como un espectro
quieto y silencioso
acariciándome.
Siempre la quise
Nunca me traicionó,
nunca me juzgó
a pesar de todo.
Miraba su rostro
y la vida me gritaba
-vive, corre, canta...
Hoy le doy las gracias
nada es para siempre
pero todavía quedan
miles de amaneceres.